• Sector energético es clave en recuperación económica
  • Plan se aprobó en Consejo de Ministros de Energía del SICA

La sociedad está enfrentando circunstancias poco convencionales ante la llegada de esta pandemia que sin lugar a dudas están no sólo revelando aspectos clave que deberán ser abordados una vez se supere la etapa critica, sino que también obliga a replantear nuevos esquemas de cómo hacer las cosas.

A fin de abordar este tema desde el contexto centroamericano, el pasado 12 de marzo los Jefes de Estado y de Gobierno de Honduras, Costa Rica, Guatemala, Nicaragua, Panamá, la República Dominicana y el Viceprimer Ministro de Belice, adoptaron la Declaración “Centroamérica unida contra el coronavirus”, que instruyó la elaboración de un plan de contingencia regional orientado a complementar los esfuerzos nacionales para la prevención, contención y tratamiento de la COVID-19 y contribuir a mitigar los impactos socioeconómicos de dicha pandemia. Dicho plan fue aprobado por el Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores del SICA el 26 de marzo. 

Partiendo de este marco de acción y conscientes de que el sector energético es clave en la recuperación económica, los Ministros de Energía de la región iniciaron un proceso de diálogo junto a otros actores del sector energético para garantizar la sostenibilidad del sistema y analizar los impactos que el COVID-19 ha provocado en cada uno de los países centroamericanos. Como resultado de este proceso de intercambio nace el “Plan sectorial de energía del SICA para enfrentar la crisis de la COVID-19”, propuesta que fue aprobada el pasado 8 de mayo, en la reunión del Consejo de Ministros de Energía del Sistema de Integración Centroamericano (SICA). 

El objetivo primordial de este plan es proponer medidas concretas para mitigar los impactos generados tanto en electricidad como en hidrocarburos. Desde el punto de vista financiero, en el subsector eléctrico existen dos elementos básicos que lo afectan, el primero es la disminución de la demanda de energía producto de la reducción en las operaciones de diferentes consumidores, principalmente industrias y el segundo, es el deterioro de la capacidad de pago de los consumidores, debido a la pérdida de empleos y la disminución de la demanda de sus bienes y servicios. 

Para minimizar los impactos de esta situación, varios países han tomado medidas para aliviar al usuario final, entre las cuales se encuentran la suspensión de cortes al servicio público y los pagos diferidos de las facturas eléctricas, afectando la liquidez de las empresas distribuidoras. 

En cuanto al subsector combustibles las medidas de distanciamiento social decretadas por varios países de la región, han incidido fuertemente en los requerimientos de combustible tanto para el transporte aéreo como terrestre (diésel y gasolinas). 

Plan Energético Regional

El plan energético regional fue elaborado a partir de los insumos de los países del SICA y del Ente operador del mercado eléctrico regional (EOR), con el apoyo de la CEPAL y la Unidad de Coordinación Energética de la Secretaría General del SICA. 

Este plan propone una serie de medidas que se fundamentan en el principio de que el fin último del sector energético es garantizar la continuidad del servicio. Las principales medidas están orientadas a: 

Fondos de cooperación. En momentos de emergencia como el actual es importante contar con fuentes de financiamiento para diferentes propósitos entre los que destacan la creación de un fondo regional con líneas de financiamiento blando para las empresas del sector energético afectadas, que permitan resolver los desbalances financieros del corto plazo y reducir los riesgos que afectarían el desarrollo sostenible del sector energía; la creación de un fondo revolvente para compras de energía eléctrica en el mercado interno de cada país y el mercado regional, a fin de garantizar la liquidez de los mercados de electricidad; y fondos no reembolsables (donación) para la estabilización y recuperación del sector energía de los países del SICA, destinados a cubrir pérdidas irrecuperables derivadas de la crisis económica y social de la COVID-19.

Solicitud de período de gracia y extensión de plazos a organismos multilaterales que han otorgado préstamos para proyectos de desarrollo energético de los países del SICA. Esta opción tiene como finalidad que las operaciones de crédito vigentes en periodo de repago se reestructuren para contar con un periodo de gracia total (intereses y amortización) de 24 meses; dichos cargos se aplicarían extendiendo el plazo de los créditos por 2 años.

Creación de protocolo para emergencias en el sector energía. Partiendo de esta experiencia de pandemia y de las medidas adoptadas es importante que el país y la región establezcan protocolos sobre cómo deben reaccionar las empresas del sector energético, los reguladores y los jerarcas de Gobierno de modo que, las acciones sean rápidas, coordinadas y coherentes. 

Este plan busca abordar las prioridades, propuestas y acciones relacionadas con el sector energía de los países miembros del SICA con miras a garantizar el abastecimiento y la sostenibilidad del sistema energético. El aporte de este sector ha sido fundamental durante la etapa de crisis y también jugará un papel relevante en el proceso de reactivación económica, una vez se supere la pandemia. El plan sectorial es sin duda una contribución importante al nuevo modelo de desarrollo que los países centroamericanos están impulsando para crear una región con desarrollo sostenible.